La Fórmula 1 ingresó en la antesala de una de las definiciones más esperadas de los últimos años. Por primera vez desde 2021, Abu Dhabi se presenta como un escenario en el que más de un contendiente busca culminar la temporada con el título. Lando Norris tiene la matemática a su favor, pero el destino (y el talento) dejó con chances a Max Verstappen en una temporada teñida de papaya. Oscar Piastri aún sigue con vida, aunque sus opciones de coronación ya pasan por factores externos. La categoría cierra una era con una promesa de espectáculo y emoción que se vivirá desde que se apaguen los semáforos.
Tal escenario fue propiciado por la propia impericia de McLaren. El hecho de priorizar la filosofía de papaya rules e intentar no beneficiar implícitamente a ninguno de sus pilotos los llevó a tomar decisiones absurdas como las del pasado fin de semana en Qatar, donde le regalaron el triunfo a Verstappen por no tener que desdoblar la estrategia con Piastri y Norris. Esto socavó las opciones del australiano, quien, en términos generales, no ha contado con la bendición de Woking cuando los aires de la temporada soplaban a su favor.
El histórico equipo británico contó con una superioridad técnica abismal durante este año. Haberse asegurado el título de constructores seis carreras antes es un reflejo de la distancia que hubo con el resto de los equipos. El hecho de que el tetracampeón se presente en Abu Dhabi con la oportunidad de retener el título se explica solamente por su impecable desempeño, que le ha permitido aprovechar cada guiño del destino y lo ha llevado a maximizar sus resultados cuando Red Bull logró extraer el rendimiento de un concepto fallido.
El sprint final del neerlandés ha sido un caso de estudio. Desde la llegada de Laurent Mekies, nunca se bajó del podio. Lleva nueve carreras consecutivas culminando entre los tres primeros, de las cuales ha ganado cinco. Una temporada que parecía terminada en Europa lo sigue teniendo como protagonista hasta la última carrera, donde buscará dar un paso más hacia la eternidad alcanzando los palmarés de Juan Manuel Fangio.
Del otro lado, Piastri puede lamentar un bache de rendimiento que lo deja contra las cuerdas en esta definición. El australiano fue líder con solidez durante la mayor parte de la temporada y parecía encaminarse al título, pero desde el accidente en Bakú solamente sumó un podio en siete carreras. Una desconexión total con la tónica que venía mostrando, lo que inspiró sospechas de que el desarrollo del auto de cara a la parte final de temporada pudo haber tenido una inclinación hacia las características de conducción de Norris.
En cualquier caso, la realidad marca que Lando será campeón tan solo con lograr el podio en Abu Dhabi. No sería ninguna hazaña: lo ha conseguido en cuatro de cada cinco carreras de 2025. Será crucial ver si Mercedes y Ferrari extraen un rendimiento que les permita meterse en la pelea en esta carrera o si algún auto de la familia Red Bull puede involucrarse en la pelea. De lo contrario, con Norris en pista, hasta McLaren puede usar la carta de pedirle a Piastri que colabore con la coronación de su compañero.
El antecedente más inmediato en Abu Dhabi también favorece a Norris. El piloto número 4 cerró la temporada pasada con un triunfo sin atenuantes que le permitió a McLaren consagrarse campeón de constructores, mientras que, paradójicamente, Piastri y Verstappen se eliminaron tras chocar en el inicio de la carrera. En aquella oportunidad, el auto papaya tuvo un gran rendimiento: 1-2 en clasificación liderado por un Lando que tuvo un fin de semana perfecto, de esos donde no deja dudas de su talento.
El gran interrogante es si el británico podrá sucumbir ante la presión, una arista en su trayectoria que lo ha llevado a cometer errores de manera frecuente en momentos donde necesita fortaleza mental, que son, justamente, dos grandes virtudes de sus competidores en la pelea por el título mundial.
La particularidad histórica no lo favorece. En los últimos cuarenta años, hubo solamente tres definiciones de campeonato donde más de dos pilotos llegaban con chances de coronación en la última fecha y, en todas, quien lideraba la faena terminó siendo derrotado. Una de las más polémicas es la de 2007, donde McLaren perdió el título ante Kimi Raikkonen, mientras que la más reciente data de 2010, justamente en Abu Dhabi, lugar en el que Sebastian Vettel se coronó por primera vez frente a la Ferrari de Fernando Alonso.
Al mismo tiempo, los pilotos de McLaren y Verstappen también sienten que están ante una oportunidad que puede no llegar a repetirse en el corto plazo. El reglamento 2026 marca el inicio de una nueva era en la Fórmula 1 y este barajar y dar de nuevo le abrirá la puerta a nuevos contendientes, ya que equipos como Mercedes, Williams y Aston Martin vienen preparándose con mucha antelación para ser protagonistas tras este cambio radical, ante un Red Bull que tendrá su propio motor y un equipo papaya que contará con menos tiempo de desarrollo.
Los condimentos están sobre la mesa. El próximo domingo se escribirá una historia que pasará a la posteridad. Tres pilotos, tres estilos, tres caminos distintos que convergen en un solo punto bajo las luces de Yas Marina. Norris está ante la gran oportunidad de coronar un talento condicionado por la duda; Verstappen aparece como el depredador que nunca deja de oler la sangre, mientras Piastri aún sueña con la campanada imposible. Cuando se apaguen los semáforos, quedará solo el desenlace: la posibilidad de ser eterno cuando el mundo entero está mirando. Todo el resto será historia.
