En el mundo del automovilismo y, sobre todo, de la Fórmula 1, las decisiones que se toman debajo del monoplaza son tan o más importantes que las que se trazan al volante. Un claro ejemplo es la propia carrera de Fernando Alonso, uno de los talentos más grandes que vio la categoría en las últimas dos décadas. Sus logros se vieron limitados por la incapacidad de contar con el mejor coche de la parrilla y nunca pudo revalidar las proezas conseguidas con Renault en 2005 y 2006.
El hecho de haber destronado a Michael Schumacher al volante y sellando un bicampeonato defendido con puro manejo es una proeza que no podrá ser borrada. Sin embargo, lo que vino después estuvo lejos de ser lo que soñaba: un paso en falso por Mclaren, un retorno a un Renault disminuido, un periodo en Ferrari luchando ante el dominio Red Bull y el estrepitoso fracaso de Mclaren-Honda. El talento siempre estuvo, pero faltaron los medios.

Sin embargo, esta historia pudo haber sido muy distinta. El propio Fernando Alonso confesó que, en la previa a dar el salto a Maranello, tuvo conversaciones para unirse al proyecto de Milton Keynes, que a la postre terminaría sellando una etapa de dominio en la Fórmula 1 con los cuatro títulos de Sebastian Vettel. «Me encontré con Adrian Newey y Christian Horner en el aeropuerto de Heathrow para una reunión”, confesó el asturiano.
En ese sentido, explicó: “El año 2008 fue el más cercano. Recuerdo perfectamente que estábamos en un aparcamiento del aeropuerto de Spa, el pequeño aeropuerto en la cima de la colina. sentados en los asientos traseros, los dos de madrugada, hablando de la posibilidad. Yo estaba muy cerca de Ferrari. Si no sucedía en 2009, sería seguro en 2010”.
Finalmente, el rumbo terminó con los caminos separados y en Milton Keynes apostaron por un talento joven. “Se llevaron a Sebastian Vettel, que estaba en BMW en ese momento, haciendo algunos viernes y algunas pruebas de conducción”, explicó Alonso. La historia fue conocida: con el alemán al volante, Red Bull ganó cuatro mundiales consecutivos, dos de ellos con un margen muy pequeño a la Ferrari del propio piloto español.
Sin embargo, Fernando no se culpa por haber tomado otro rumbo en aquel momento, dado que era muy difícil predecir lo que terminaría ocurriendo. «Es fácil decirlo ahora, pero en 2008, Red Bull consiguió un podio con David Coulthard en Mónaco, y Red Bull era una empresa de bebidas energéticas. Un gran equipo, con grandes miembros en el equipo, pero creo que predecir que ganarían siete u ocho campeonatos en la próxima década no estaba totalmente garantizado”, sostuvo.
Además, también puso sobre la mesa otro caso que cambió el rumbo de la historia. «Cuando Lewis pasó de McLaren a Mercedes, ese primer año en 2013, hubo muchas críticas: ‘¿Por qué has cambiado McLaren por un Mercedes que hasta entonces sólo conseguía uno o dos podios?’. Y ahora es siete veces campeón del mundo. Ahora pasa lo mismo con Ferrari. No sabes lo que conseguirá Lewis el año que viene. Si Ferrari lo hace bien y gana un campeonato, es un gran paso», concluyó Alonso.
Fernando Alonso se anima a soñar con Aston Martin

El piloto número 14 sabe que aún le queda una bala en la recámara. A sus 43 años, es el líder del proyecto Aston Martin, que contará con las instalaciones tecnológicas más novedosas de la Fórmula 1 y tendrá a Adrian Newey, entre otros nombres de primer nivel, trabajando en el modelo del monoplaza que afrontará el cambio reglamentario de 2026, donde también contarán con la motorización exclusiva de Honda.
Si bien no hay grandes expectativas para el 2025, el propio asturiano aseguró que “el coche será completamente nuevo” y que, tras analizar las actualizaciones que no funcionaron, esperan dar un gran salto adelante en comparación a lo que fue el 2024, donde terminaron con un rendimiento más cercano al fondo de la grilla que al de los líderes.
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