La Fórmula 1 es sinónimo de innovación y tecnología aplicada al deporte. Pero, a veces, ni los grandes imperios se salvan de las contrariedades. La práctica de la tarde en Bahréin correspondiente a la primera jornada de pretemporada tuvo una interrupción de más de una hora por un insólito corte de luz, que fue acompañado por algo de lluvia. Un combo utópico para una competencia de este calibre en Medio Oriente, pero que fue real. Finalmente, el tiempo se recuperó y Lando Norris cerró el día con el mejor tiempo.
Las dos primeras horas de actividad dejaron algo de tela para cortar. Los tiempos de la mañana se fueron bajando de manera consistente, con la referencia de Andrea Kimi Antonelli que fue mejorada por cuatro pilotos y con una diferencia de medio segundo a favor de Charles Leclerc, quien completó la vuelta más rápida con Ferrari.
El tiempo del monegasco fue un golpe inicial por ser solamente el primer día de actividad: quedó a solamente medio segundo de su mejor registro del año pasado, y lo hizo con el neumático C3 luego de una tanda larga con distintos elementos con los que buscó recoger datos para el equipo. Posteriormente, sus rivales sacaron algo más de rendimiento y lo dejaron atrás.
La reanudación de la actividad, que tuvo una leve lluvia en el medio, empezó a señalar una tendencia de continuidad con respecto a la temporada anterior. Lando Norris metió un gran tiempo de 1.30.430, que no solamente es medio segundo más veloz que el mejor tiempo de McLaren en los test del año pasado, sino que también es un registro que hubiera permitido avanzar a Q2 en el Gran Premio de Bahréin 2024. En tan solo un día, los papaya mostraron que siguen fuertes, pero todavía no sabemos cuánto.
A partir de ahí comenzó a verse una escasa diferencia en todos los aspectos con Mercedes, Red Bull y Ferrari, quienes completaron los primeros cuatro tiempos, confirmando de alguna manera esa tendencia a la paridad que podría suponerse para el comienzo de la temporada. Norris, Russell, Verstappen y Leclerc se adueñaron de los primeros cuatro lugares de la tabla con un buen margen sobre el resto. La facilidad para extraer rendimiento sigue siendo de su propiedad.
Las características de cada circuito podrán alterar el orden, pero, en principio, las cuatro fuerzas capaces de ganar en la Fórmula 1 siguen manteniendo esa condición. Y esta vez, con una paridad que comienza a intuirse desde el primer día de los test, pero sobre la que habrá que estar atento en las próximas dos jornadas: si es que ratifican esto mismo de cara a Australia, o si alguno de los equipos empieza a mostrar un as bajo la manga que les permita tener una luz de ventaja sobre el resto.
El medio del pelotón es una incógnita. La jornada de hoy indica que Williams, con un registro interesante de Carlos Sainz, Alpine, de sólido rendimiento durante toda la jornada, y Aston Martin, que trajo un alerón flexible que sorprendió a la parrilla, son capaces de pelear palmo a palmo por esa condición, para comenzar a acercarse al lote de los líderes.
En esa línea se puede ubicar a Racing Bulls y la incógnita absoluta pasa por ver qué tiene para mostrar Haas. Los pilotos de la escudería estadounidense, ambos debutantes, se limitaron a rodar y recoger datos durante toda la jornada, pero en ningún momento buscaron tiempos competitivos y esto los depositó en el fondo de la tabla. No es referencia, como tampoco lo es el puesto 12 de Gabriel Bortoleto, con un Sauber que no parece contar con las herramientas suficientes para salir del fondo de la parrilla, al menos en las primeras carreras del año.
El primer día de los test de pretemporada ha dejado la sensación de que los que estaban fuertes mantienen esa condición y que será realmente difícil reducir la brecha de medio pelotón con los cuatro equipos punteros. Son tendencias, nada decisivas, de lo que puede ocurrir. A partir de ahí, habrá que ir notando quiénes logran extraer algo más de rendimiento. Se trata de ir paso a paso, mañana será otra historia. Pero, oor primera vez en mucho tiempo, el inicio de la temporada de Fórmula 1 le permite ilusionarse a más de uno con llegar a la cima.
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