Red Bull mueve el avispero: cuáles son las piezas que consolidan en el tablero

Por: Nicolas Gabetta

En el mundo de Red Bull pasó un huracán que arrasó la estabilidad del equipo que dominaba la Fórmula 1. La turbulencia se cargó a Adrian Newey, Jonathan Wheatley, Checo Pérez y, más recientemente, al promovido Liam Lawson. Y aunque el rumbo pareció haberse encaminado, todavía hay muchas cuestiones que penden de un hilo. Por eso, la inesperada aparición de Isak Hadjar significó una luz de esperanza de cara a un futuro en el que no sobran las expectativas.

El problema en Milton Keynes va más allá de la revalidación o no de Max Verstappen como campeón mundial, un título que ostenta desde hace cuatro temporadas pero que, por primera vez, comienza a ser una causa difícil de retener. El rendimiento del RB21 no tuvo la evolución esperada y la distancia con McLaren parece cada vez más indescontable a medida que pasan las carreras.

Al mismo tiempo que el holandés lucha en desventaja para mantener su status, el segundo auto sigue sin funcionar. El problema no fue Checo Pérez, ni Liam Lawson. Y mucho menos es Yuki Tsunoda, quien no ha podido sumar más que algunos escasos puntos en sus primeras carreras, pero que cada vez pierde más confianza y rendimiento a bordo del monoplaza.

El futuro de Lawson y Tsunoda es una incognita.

La estructura parece haber dejado de funcionar, justamente en el momento en que la escudería encara su incursión como motorista de cara a 2026. Las proyecciones no son demasiado esperanzadoras: nadie cree que puedan estar a la altura de Mercedes o Ferrari el próximo año. Por eso, nadie se anima a garantizar que Verstappen seguirá en el equipo más allá del siguiente campeonato. Y hoy, Red Bull sin Max es un barco sin timón.

España encendió las alarmas. No solamente porque al equipo le salió todo mal (rendimiento, estrategia y ejecución), sino porque el campeón mundial tuvo una reacción insólita ante George Russell que lo dejó al borde de perderse una carrera. Sería dilapidar lo que resta de 2025, pero las opciones de que esto ocurra son reales. Por eso, Red Bull ya se prepara para un futuro sin Max Verstappen, ya sea para una carrera inmediata o para los años venideros.

Las fichas de Red Bull en la cantera

En este panorama desolador, hay dos nombres que encienden la llama de la ilusión en Milton Keynes. Uno es la grata aparición de Isak Hadjar, y el otro es el joven fenómeno Arvid Lindblad. Estas son las piedras en las que Red Bull comenzará a edificar su futuro de los próximos años, dos talentos que brindan esperanza en tiempos de incertidumbre.

Lo de Hadjar ha sido espectacular. Tras Melbourne, nadie esperaba que ese chico que salió llorando de la pista tras chocar en la vuelta previa iba a tener el rendimiento superlativo que está mostrando con Racing Bulls. Ya le alcanzó para demostrar que es rápido a una vuelta, consistente y muy inteligente, dejando rápidamente sin efecto las dudas que surgieron de su inconsistencia temperamental en categorías menores.

Hadjar es uno de los grandes prospectos de Red Bull de cara al futuro.

El rookie francés estuvo a la altura de Tsunoda en las primeras carreras y fue muy superior al degradado Liam Lawson. Sumó puntos en cinco de las ocho carreras que terminó y su peor resultado fue 13°. Actualmente es noveno en el campeonato y lucha con Alex Albon por convertirse en el “mejor del resto”. Sin dudas, es la gran revelación de la temporada y su nombre ha ganado mucha consideración en Milton Keynes, aún más que la que tuvieron Lawson o Tsunoda en sus primeras carreras.

Al mismo tiempo, la tarea de Arvid Lindblad en la Fórmula 2 es seguida muy de cerca y el británico continúa pagando dividendos. El pasado fin de semana consiguió su segundo triunfo en la categoría, el primero en una Feature Race, luego de largar desde la pole en Barcelona. Su velocidad ya está a la vista del mundo y su desembarco en la máxima categoría es solamente cuestión de tiempo.

Por eso, en estas últimas horas ya comenzaron a gestionar su Superlicencia, que está atada al hecho de que recién en agosto cumpliría la mayoría de edad. La idea es tener una bala en la recámara más allá de Ayumu Iwasa y, viendo los antecedentes de Red Bull, no sería nada sorprendente verlo manejando en Racing Bulls antes de que termine la temporada. Lo han hecho en infinidad de ocasiones.

Hadjar y Lindblad, las respuestas obvias ante la incertidumbre

En Red Bull no se puede garantizar nada. Hasta el momento, no hay señales concretas de que Max Verstappen se vaya a ir del equipo, pero tampoco nadie puede poner las manos en el fuego de que estará en 2026. Solamente ellos conocen las cláusulas, pero algo es seguro: su futuro estará en sus manos y se hará un lugar donde se lo proponga.

A muchos les llamó la atención la suavidad con la que Toto Wolff encaró el encontronazo entre el holandés y Russell. A nadie le sorprendería que todavía esté intentando convencerlo de que se vista de plateado en 2026, ya que, a falta de pocas carreras para el ecuador de la temporada, no hay demasiados trascendidos que indiquen la inminente renovación de los pilotos de Mercedes.

Serán semanas cruciales para el futuro. Pero no solamente por Verstappen: la continuidad de Tsunoda no está nada garantizada. Es más, cada vez parece más improbable. El contrato con Honda, que era lo que lo sostuvo en Fórmula 1 en las primeras temporadas, termina a final del año. El rendimiento no ha sido para nada sobresaliente, por lo que esa butaca, la más difícil de toda la categoría, podría tener un nuevo nombre el próximo año. O antes.

El máximo candidato para ese lugar es Hadjar. La respuesta es obvia: están los riesgos de “quemarlo”, como el equipo hizo tantas veces por acelerar procesos. Lo sufrió Gasly, Daniil Kvyat, Albon o Liam Lawson, que pasó de comenzar la temporada en Red Bull a trabajar contrarreloj para mantenerse en la Fórmula 1. Es un desafío con el que nadie pudo, pero no hay piloto que no quiera intentarlo.

El futuro de Lawson también es una incógnita. Si Red Bull lo mantiene en su equipo satélite es por la falta de opciones. Al haber perdido su oportunidad en solamente tres carreras, es casi imposible considerar que volverá a recibir un llamado para manejar otra vez en Milton Keynes. Si Gasly, que llegó a podios y ganó en Monza con AlphaTauri no fue considerado nuevamente, el neozelandés no cuenta con demasiados números a su favor.

El verano europeo está cada vez más cerca y las definiciones que restan para 2026 llegan a su punto cúlmine. Red Bull debe reconfigurar su rompecabezas: sabe que un movimiento de Verstappen puede convulsionarlo todo. A la vez, ya tiene dos nombres bien considerados: mientras crecen las dudas sobre Tsunoda y Lawson, Hadjar y Lindblad comienzan a tomar fuerza como los grandes nombres del futuro en Red Bull.

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