La Fórmula 1 regresa del parate veraniego con el Gran Premio de Países Bajos y todas las miradas puestas en Ferrari. La Scuderia Ferrari atraviesa un momento de contrastes: mientras Charles Leclerc dejó escapar la posibilidad de pelear por una victoria histórica en Budapest, Lewis Hamilton continúa inmerso en una temporada difícil, marcada por la autocrítica y la búsqueda de confianza. Ambos coinciden en que la segunda mitad de 2025 será clave, no solo para recuperar terreno, sino también para sentar las bases del futuro inmediato, con la gran incógnita de la revolución técnica de 2026.
El fin de semana en Budapest dejó un sabor amargo para Ferrari. Charles Leclerc, que había conseguido una pole position brillante en un circuito donde adelantar es casi imposible, vio cómo sus chances de victoria se desvanecían con una brusca ralentización en la segunda mitad de la carrera. No solo perdió el triunfo, también el podio, en un golpe anímico que todavía resuena.
Tras la carrera, surgieron rumores sobre una supuesta decisión del equipo de Maranello de aumentar la presión de los neumáticos para evitar un desgaste excesivo de los bajos, algo que George Russell, desde Mercedes, insinuó públicamente. Pero Leclerc se mostró contundente en Zandvoort: “La situación es mucho más compleja de lo que George describió. No fue solo un tema de neumáticos, hubo una combinación de factores que estamos intentando resolver”, aseguró.

En diálogo con Sky Sport, fue más específico: “En Hungría vimos cómo pequeños detalles marcan la diferencia. Pasamos de estar a siete décimas en la Q2 a lograr la pole en la Q3. Eso nos muestra que cualquier mínima variación puede cambiarlo todo”. Pese al golpe, el monegasco mantiene la fe: “El año pasado nadie creía que podíamos ganar en Monza y lo hicimos. Espero que volvamos a sorprender. McLaren está fortísimo, pero vamos a luchar para estar en la mejor posición”.
Hamilton, del “soy inútil” al optimismo moderado
La otra cara del box rojo es Lewis Hamilton, que vive una temporada cuesta arriba. El siete veces campeón del mundo llegó al receso estival golpeado, al punto de calificarse a sí mismo como “inútil” tras quedar eliminado en la Q2 de Hungría y terminar 12º, fuera de los puntos, mientras su compañero firmaba la pole position.
Pero el descanso le permitió resetearse. En Zandvoort, el británico se mostró más sereno: “No es que haya cambiado demasiado, pero cuando tenés tiempo para desenchufar, es un reinicio”, confesó. Poco a poco, incluso recuperó cierto entusiasmo: “He tenido tiempo de repasar qué queremos mejorar y veo mucho potencial. Hay cosas positivas de la primera parte del año, aunque no lo pareciera desde afuera”.
Hamilton admitió que la primera mitad de 2025 fue desgastante y que la presión no lo dejó disfrutar. Ahora busca cambiar la mentalidad: “Tenemos que recordar que amamos lo que hacemos. Estamos todos juntos en esto y queremos volver a divertirnos. Eso es clave para encarar lo que viene”.
Un rival inalcanzable para Ferrari
Más allá de los problemas propios, Ferrari se topó con un obstáculo inesperado: el superlativo nivel que McLaren mostró durante toda la temporada. El equipo de Woking, con Lando Norris y Oscar Piastri como candidatos al título, se transformó en la referencia de la temporada.
Leclerc lo reconoció sin vueltas: “Creí imposible que alguien superara a Red Bull antes de 2026, pero me equivoqué. McLaren encontró algo que nosotros no. Merecen aplausos, hicieron un trabajo increíble”.
Esta superioridad naranja obligó a Ferrari a repensar sus prioridades: “En este punto, si solo te dedicás a seguir lo que hacen otros, siempre serás segundo. Necesitamos ser líderes en el desarrollo y encontrar soluciones inéditas. Es la única manera”, sentenció Leclerc.
Mirando a 2026: la gran revolución
El horizonte de la F1 está marcado por la nueva normativa de 2026, con cambios drásticos en motores y aerodinámica. Entre ellos, la posibilidad de alcanzar velocidades cercanas a los 400 km/h en recta gracias a la aerodinámica activa.
Leclerc se mostró cauteloso: “La curva de desarrollo es enorme. Lo que hoy parece extraño, mañana puede ser normal. Cada vez que probás en el simulador, las cosas cambian. Habrá que esperar, pero si alcanzamos esas velocidades, será impresionante”.

Hamilton, por su parte, ve en 2026 la oportunidad de volver a pelear arriba: “Estamos progresando como equipo. Las nuevas piezas que llegaron en Spa nos dieron un paso adelante y aún hay margen para extraer más. Si seguimos en esa línea, podemos llegar fuertes al cambio de reglamento”.
Un punto en común entre ambos pilotos es el respaldo a Frédéric Vasseur, cuyo contrato fue renovado recientemente. La continuidad del director francés trajo calma a un equipo históricamente convulsionado.
Leclerc lo destacó: “Fue positivo porque los rumores siempre afectan, aunque uno intente ignorarlos. Fred tiene una visión clara y estamos todos alineados con él”. Hamilton también lo respaldó: “Es un líder que transmite confianza. Necesitamos estabilidad y él la aporta”.
Con doce carreras por delante, Ferrari enfrenta una doble misión: intentar romper una racha sin victorias que ya se hace demasiado larga y preparar el terreno para el futuro inmediato. Leclerc busca revancha tras la decepción de Hungría, Hamilton quiere demostrar que todavía tiene la chispa que lo hizo siete veces campeón.
La Scuderia Ferrari, en definitiva, se juega mucho más que puntos. Se juega credibilidad, confianza y, sobre todo, la esperanza de volver a ser protagonista absoluto en la Fórmula 1.