El GP de Hungría fue una bisagra para muchos, pero para Lewis Hamilton y Ferrari, solo sumó aún más interrogantes. El siete veces campeón del mundo finalizó 12.º en Budapest, sin poder avanzar desde la posición en la que largó, y sumido en una estrategia sin efecto. Fue el cierre simbólico de una primera mitad de temporada frustrante, en la que ni el prestigio del británico ni el empuje de Maranello alcanzaron para salir del pozo.
Ferrari arriesgó con una estrategia de una sola parada y neumáticos duros desde el arranque. El resultado fue el mismo de siempre: Hamilton quedó atrapado en el tráfico, sin ritmo ni herramientas para avanzar. “Nos la jugamos y perdimos”, reconoció sin rodeos Frédéric Vasseur, quien debió salir en defensa del ex Mercedes ante la crítica generalizada.

El propio Vasseur quiso ponerle contexto a la situación, apelando a la exigencia interna que caracteriza a Hamilton. “Lewis se exige mucho a sí mismo, pero por eso es siete veces campeón del mundo. Exige mucho de todos, incluso de los ingenieros, de todo el equipo… pero primero, de él mismo. Es lo que lo empuja a rendir al más alto nivel”, sostuvo el director.
Pero el rendimiento no acompaña. El sábado en clasificación, Hamilton quedó fuera en la Q2 por milésimas. “No sé si tuvimos mala suerte con Lewis o buena suerte con Charles, pero fue por décimas”, justificó Vasseur. El domingo, el panorama fue aún más sombrío.
Hamilton, que acumula ocho triunfos en el Hungaroring, nunca había terminado tan abajo en esta pista. “Fue bastante malo. No sentía que pudiera progresar”, dijo tras cruzar la bandera a cuadros sin pena ni gloria. Luego, ni siquiera se presentó ante los comisarios para discutir el incidente con Verstappen en la curva 4.
Durante el fin de semana, sus declaraciones también generaron ruido. En clasificación llegó a sugerir que Ferrari podía necesitar otro piloto. Consultado sobre eso el domingo, fue igual de crudo: “Cuando tenés una sensación, es una sensación. Hay muchas cosas pasando detrás que no son geniales”.

Vasseur, sin embargo, no pierde la fe: “Lewis no me preocupa. Está frustrado, pero no desmotivado”. El francés subrayó algunos momentos de recuperación del piloto en las últimas fechas: “Después de Miami, España, Silverstone o Austria, se acercó a Charles. En Canadá incluso terminó por delante”.
La llegada de Hamilton a Ferrari estuvo rodeada de expectativa, pero hasta ahora la adaptación está siendo más áspera de lo previsto. Cuando le preguntaron a Vasseur si lo habían contratado más por su peso fuera de pista que por su presente competitivo, fue tajante: “Contratamos pilotos para que sumen puntos y ganen carreras. Estoy seguro de que volverá a un alto nivel”.
Por ahora, eso parece lejano. Y Hamilton lo sabe. “No esperaba nada, no tenía expectativas… pero fue mucho peor que cualquiera de mis otras temporadas”, reconoció antes del receso. Con un auto que no está a la altura y con un piloto que aún busca reencontrarse con su mejor versión, Ferrari y Hamilton encaran la segunda mitad del año con urgencias claras que deberán apuntar a resolverse de inmediato