Mclaren campeón: el camino desde el infierno hasta la coronación

Por: Nicolas Gabetta

Mclaren se convirtió en campeón de constructores de la Fórmula 1. Esta realidad, hace un par de años, era una utopía difícil de visualizar. Si bien el equipo británico es historia pura para la categoría siendo el segundo máximo ganador de la historia y el segundo de mayor permanencia, solo por detrás de Ferrari, la realidad marcaba que lo que ocurrió este 2024 en Abu Dabi era algo que parecía prácticamente inalcanzable.

Lando Norris y Zak Brown.
El triunfo de Lando Norris en Abu Dabi le dio el título a Mclaren.

No fue un camino fácil, pero, tras un largo recorrido, la gloria volvió a Woking. No sin antes atravesar una larga historia. A finales de la década del noventa y en la primera del nuevo milenio, el binomio que conformaban Mclaren y Mercedes parecía un complemento ideal e irrompible. Los británicos diseñaban el chasis y los alemanes aportaban el motor. Eran, sin duda, una gran referencia para la Fórmula 1. Fueron campeones de pilotos dos veces con Mika Hakkinen y una con Lewis Hamilton, pero lo más sobresaliente era el protagonismo recurrente: ganaran o perdieran, siempre eran grandes animadores.

Sin embargo, llegó el día en el que Mercedes optó por la independencia. A finales de 2009, Daimler anunció la compra del novedoso equipo Brawn GP y su desvinculación de Mclaren, oficializando el regreso de las flechas plateadas como equipo oficial para 2010, algo que había ocurrido solamente en la década del 50. Al mismo tiempo, anunciaron que seguirían motorizando al equipo de Woking hasta la temporada 2014.

La relación siguió, pero con un encontronazo impensado. Lewis Hamilton, la joya de los británicos, optó contra todo pronóstico mudarse a Backley para el año 2013. Mclaren, por su parte, eligió su camino: llegó a un acuerdo con Honda para que le suministrara el motor turbo V6 híbrido de 1,6 litros, llevando a renacer una de las asociaciones más emblemáticas en la historia del Gran Circo.

Mclaren y Honda 2015: un infierno del que sería muy difícil salir

La expectativa que generaba el proyecto era inigualable. Mclaren-Honda juntos, con dos campeones mundiales como Fernando Alonso y Jenson Button al volante, el regreso del ingeniero Peter Prodromou y miles de factores externos generaron que la caída fuera aún más estruendosa. El fracaso fue absoluto, comenzando en las pruebas de pretemporada con fallos constantes en el motor y el equipo estuvo a cinco segundos del líder en la primera clasificación de la temporada, y culminando en la novena plaza del campeonato de constructores.  La emblemática frase de Alonso, alegando que el motor parecía de GP2, fue todo un resumen de aquel año.

Mclaren Fernando Alonso
Mclaren tuvo muchos problemas con el motor Honda.

Los dos años siguientes tampoco dejaron mucho por rescatar, sacando el detalle de que la escudería volvió a lucir su emblemático color papaya. Sextos en 2016 y novenos en 2017 fue suficiente para dar finalizada la relación con Honda y pasar a ser motorizados por Renault, con la firme creencia de que los japoneses eran el problema y que con otro motor ganarían. Nada de eso pasó: en 2018 fueron sextos, culminaron el año sin un podio y Fernando Alonso anunció su retiro. El destino fue un poco más grato con Honda, ya que en 2021 motorizaron el Red Bull que le dio a Max Verstappen el primer título de su historia.

Purgar y crecer: “Tenemos que mostrar progreso”

En abril de 2018, Zak Brown se convirtió en el Director Ejecutivo de McLaren Racing y desde el primer momento puso los pies en el suelo e hizo mucho hincapié en el crecimiento progresivo, marcando que sería un proceso lo que los devolvería a la cima. “He presentado un plan de cinco años y dentro de ese plan creo que conseguiremos volver a ganar carreras. Y una vez que ganas carreras, también luchas por el campeonato».

La transformación comenzó con la llegada de una nueva dupla de pilotos: Carlos Sainz, proveniente de Renault, y Lando Norris, que venía de ser subcampeón en la Fórmula 2. En ese 2019, el equipo dio un salto importante para llegar al cuarto lugar en el campeonato de constructores y, sobre el final de temporada, Sainz le dio al equipo en Brasil el primer podio desde Australia 2014.

Carlos Sainz con Mclaren.
El paso de Carlos Sainz por Mclaren, un periodo de gran crecimiento.

Vale destacar que, posteriormente, en Woking dieron un paso que consideraron necesario para seguir creciendo: volver a ser motorizados por Mercedes a partir de 2021. «Este acuerdo es un paso importante en nuestro plan a largo plazo para volver a triunfar en la Fórmula 1. Mercedes es la referencia, tanto como equipo como motorista, por lo que es normal que busquemos unirnos a ellos en la siguiente fase”, explicó Zak Brown en aquel momento.

A partir de ahí, lograron poner un piso bastante respetable: estar siempre entre los cinco primeros equipos, subir al podio en todas las temporadas y volver al triunfo con la gran actuación de Daniel Ricciardo en Monza 2021. El protagonismo estaba de vuelta, pero el estancamiento amenazaba y hacía falta un paso más para llegar a la cima y romper una barrera que parecía difícil para un equipo fabricante.

Dos grandes saltos y la coronación

A finales de 2022, Brown elige a Andrea Stella como el nuevo jefe de equipo, señalándolo como una persona de calidad que podía marcar la diferencia. Esta decisión fue vital y acertada: Mclaren comenzó 2023 de un base complicada, pero a mediados de temporada tuvo una gran actualización que lo llevó a ser el equipo más cercano al dominante Red Bull a finales de año, donde culminó con siete podios y el triunfo en la sprint de Qatar de la mano de Oscar Piastri.

La dupla de pilotos con Andrea Stella.
Andrea Stella, una pieza clave del crecimiento de Mclaren, junto a Norris y Piastri.

Los primeros pasos de 2024 fueron difíciles, pero la gran actualización de Miami fue una verdadera revolución que, sumada a algunas turbulencias que vivió Red Bull, lo llevaron a ser realmente competitivo, tanto para que Lando Norris ganara esa carrera, peleara el campeonato de pilotos, fuera subcampeón y liderara al equipo hacia el título de constructores, un hito que no ocurría desde 1998.

Nada es perfecto y las críticas no tardaron en llegar. Quizás, la gestión del equipo por momentos no fue la mejor, no lograron maximizar oportunidades, a Piastri le faltó regularidad y a Norris la determinación de los campeones en los momentos claves. Si, 2024 no fue perfecto, pero fue una gran coronación ante Ferrari, y por encima de los equipos oficiales. El cierre ideal de un proceso, como así también la base de un 2025 que seguramente los volverá a tener como protagonistas. Mclaren, un día y tras un largo recorrido, volvió a tocar el cielo.

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