Liam Lawson ha quedado en el último lugar de la clasificación para el Gran Premio de China, lo que ha implicado su tercera caída en Q1 de manera consecutiva y se ha convertido en el peor comienzo de un piloto de Red Bull a una vuelta. La realidad marca que en solamente horas largará su segunda carrera como piloto oficial, pero increíblemente podría ser crucial para su futuro en la Fórmula 1.
Red Bull no hace contemplaciones, ni titubea a la hora de cambiar lo que cree que no funciona. Lo hizo con Daniil Kvyat, Pierre Gasly, Alex Albon y con un experimentado Checo Pérez, que tenía un contrato vigente. En Milton Keynes las decisiones que toman pueden ser modificadas de manera contundente. Liam Lawson lo sabe y ya lo siente: no tiene margen para seguir rindiendo de esta manera.
Lo cierto es que el piloto número 30 llegó a Red Bull de una forma desafiante. No tuvo problemas en mostrarse rudo y batallador en pista durante su desembarco en 2024, teniendo gestos hacia Checo Pérez o maniobras polémicas con Fernando Alonso. Si bien sus resultados no llegaron a ser tan buenos como los de Tsunoda, su “mentalidad y proyección” fueron los factores con los que Red Bull justificó su ascenso.
Australia fue un comienzo difícil, pero las condiciones de pista o que sea un circuito desconocido para él podían cumplir el rol de un chivo expiatorio. Aquí ya no: China comienza a tornarse preocupante, porque no es solamente el resultado, sino la forma en la que se ha desempeñado. Liam Lawson parece perdido al volante, inseguro y muy proclive a las equivocaciones. En su vuelta rápida, perdió demasiado tiempo en las curvas dos y tres, falló en la nueve y no hizo de la mejor manera el cierre del giro. Muchas correcciones para alguien que aspira a medirse con Verstappen, pero que no pudo ni con un Sauber.

El auto no es fácil. Lo ha dicho Verstappen en reiteradas ocasiones. Pero nada de eso justifica largar constantemente con un Red Bull desde el fondo de la grilla. La remontada hasta el puesto 14 en la sprint puede ser una luz de esperanza, pero insuficiente para un tiempo que se agota. El neozelandés tiene que dar un golpe de escena y lo tiene que conseguir de forma inmediata.
El apoyo de Red Bull a Liam Lawson se empieza a desvanecer
Desde el equipo han comenzado a mandar señales. De una carrera a otra, el discurso fue virando del apoyo al análisis y la exigencia. Saben que no se pueden permitir estos resultados por mucho tiempo más y los apremia encontrar soluciones. «Este rendimiento no es lo que imaginábamos, pero lo analizaremos con calma«, indicó Helmut Marko, quien agregó: «La Fórmula 1 es un deporte competitivo y, al final, el rendimiento es lo que cuenta«.
A buen entendedor, pocas palabras. Si no les importó bajar a un talento más probado como Pierre Gasly o a un referente con una década de trayectoria como Checo Pérez, poco les importará ponerle un prematuro fin a Liam Lawson, mientras otros pilotos como Isak Hadjar o Yuki Tsunoda llegan a la final de la clasificación desempeñándose en el equipo menor.
Por su parte, Christian Horner había avisado que sería un fin de semana duro para Liam Lawson al enfrentarse a lo desconocido, pero seguramente haya sido aún peor de lo imaginado. «Hoy ha sido un día duro en la oficina para él. Así que le echaremos un buen vistazo y lo analizaremos. Y, obviamente, intentaremos darle el mejor coche que podamos para mañana«, comentó tras la sesión. No hay plazos más allá, la respuesta debe ser inmediata.
Por su parte, Max Verstappen tampoco es ajeno a lo que le ocurre a Liam Lawson. Obviamente, a nadie le gustaría tener un compañero que le ponga presión, pero resulta contraproducente cuando la diferencia es tan grande, ya que él, mejor que nadie, sabe lo que es contar con el respaldo de un coequipero que influya en la estrategia o haga trabajo de equipo para ganar una carrera.

El campeón del mundo no ha dudado en señalar las dificultades del RB21. «Esto demuestra que nuestro coche es extremadamente complicado. Creo que cuando pones a Liam Racing Bulls, va más fuerte. Realmente lo creo. Ese coche es más fácil de conducir que el nuestro. También lo noto cuando hablo con Liam. El año pasado, no pensé que la diferencia entre él y Yuki Tsunoda fuera tan grande. De lo contrario, el equipo tampoco tomaría la decisión de ponerle en Red Bull«, sostuvo.
Por su parte, Yuki Tsunoda no ha perdido la oportunidad de candidatearse para ser promovido a Red Bull. Tuvo un sólido inicio en Australia y lo reivindicó tanto en la sprint de China, donde sumó puntos, como en la clasificación a Q3 de anoche. Consultado sobre si estaba listo para ser promovido de inmediato, aseguró que sí, incluso remarcó que la próxima carrera será en Japón, su país natal. Una forma contundente de entrar en el juego luego de que Liam Lawson le ganara la primera pulseada en los escritorios, a finales del año pasado.
Liam Lawson sabe que el tiempo apremia y no pone excusas
A diferencia de otros pilotos que han pasado por Red Bull, el neozelandés no ha señalado ningún factor externo más allá de su propio rendimiento. Ha encarado la cruda realidad y sabe que su tiempo se termina si no reacciona de inmediato. Una forma noble de ver las cosas, pero también una manera de cargar una presión mayor sobre sus hombros.
«Creo que es simplemente tiempo. Desgraciadamente no tengo tiempo«, señaló el ex piloto de Racing Bulls. «No es que no me sienta seguro, pero la ventana es tan pequeña que ahora mismo parece que me la pierdo. Son las características del coche, la forma en que se conduce. Pero, obviamente, si Max es capaz de conducirlo, entonces yo también debería ser capaz«, enfatizó Liam. Un análisis sensato. Pero entenderlo es una cosa y ejecutarlo, otra muy diferente.