La victoria de Max Verstappen en Imola no fue solo una respuesta deportiva al dominio de McLaren. Fue un mensaje. Un recordatorio de que el tetracampeón sigue ahí, al acecho, y que Red Bull, aunque golpeado por un inicio de temporada ciertamente deficiente, tiene aún la capacidad técnica y estratégica para marcar diferencias cuando se le exige.
El triunfo del neerlandés se construyó sobre tres pilares: la ejecución perfecta del equipo, una conducción quirúrgica en momentos clave… y actualizaciones que hicieron efecto desde el primer día en pista, reflejadas en un ritmo inalcanzable para los autos papaya. Así lo reconocieron tanto Christian Horner como el propio Verstappen después de la carrera.
«Absolutamente fue una victoria por méritos propios, una gran actuación de Max y de todo el equipo. El coche era rápido, la degradación fue muy buena«, aseguró Horner en declaraciones a Viaplay. Y no tardó en subrayar el punto que más ilusión genera en Milton Keynes de cara a lo que viene: «Trajimos algunas partes nuevas aquí y eso fue realmente importante para marcar la diferencia. Así que, gran esfuerzo de equipo hoy, muy orgulloso de todo el equipo», indicó.
El director del equipo no solo elogió al piloto, sino también al grupo técnico por haber encontrado una configuración ideal para Imola: «Teníamos el ritmo y a Max, encontramos una configuración para él este fin de semana que realmente le permitió encontrar verdadera confianza en el coche y se podía ver que estaba completamente en control«.
Por su parte, Verstappen coincidió. La clave estuvo en esa mejora tangible desde el viernes, que permitió al #1 reencontrarse con sensaciones que parecían diluidas en las últimas fechas. «Estoy muy, muy contento. Tuvimos una mejora masiva desde el viernes. El coche funcionó realmente bien y también creo que toda la ejecución de la carrera fue muy buena: los momentos, las paradas en boxes… todo salió perfecto«, explicó el neerlandés.
Aunque su largada no fue perfecta, lo resolvió con una maniobra audaz: «El inicio en sí no fue particularmente grandioso, pero dije ‘simplemente voy a intentar enviarlo por el exterior’… y funcionó muy bien«, contó Verstappen. Esa decisión le permitió tomar la punta en la curva 1, desde donde dominó con autoridad.
Lo más relevante, sin embargo, es que Red Bull vuelve a tener argumentos para confiar en su recuperación técnica. El paquete de mejoras funcionó, la gestión de neumáticos volvió a ser diferencial y el equipo mostró reflejos tácticos para aprovechar cada oportunidad. «Ese VSC fue bastante útil para parar en boxes. Incluso con el compuesto duro, nuestro ritmo fue muy fuerte. En el reinicio, también lo manejamos todo muy bien«, resumió Max.
La victoria de Imola, entonces, no se explica solo por el talento de Verstappen —que fue indiscutible—, sino por una evolución en el RB20 que, si se confirma en las próximas citas, puede devolverle a Red Bull la iniciativa frente al avance de McLaren. El propio Horner lo dejó claro: «El programa de desarrollo está absolutamente en el punto«.
A partir de ahora, la presión cambia de bando. McLaren, con un auto competitivo y dos pilotos sólidos, tendrá que demostrar que puede sostener la pelea con un Verstappen recargado y un Red Bull que vuelve a funcionar como bloque. Imola puede haber sido el principio de un nuevo capítulo en esta temporada.
