La profecía se ha cumplido. Esta mañana se ha hecho oficial que Franco Colapinto vuelve a la Fórmula 1 para ser titular del equipo Alpine en reemplazo de Jack Doohan. El objetivo claro: afianzarse en la Máxima Categoría. Su regreso no es casualidad, sino consecuencia de un proceso que combinó talento, carácter y oportunidad. En solo una semana, la primera carrera del calendario europeo será el punto de partida de una etapa que promete marcar un antes y un después, tanto en su carrera como en el automovilismo argentino.
La cita será en Imola, justamente el mismo circuito donde, un año antes, superó a Paul Aron en la última vuelta para sellar su primera victoria en la Fórmula 2. Esta vez compitió ante el mismo nombre por un lugar en la escudería francesa, pero la diferencia fue más holgada. Los pergaminos del argentino lo impulsaron a la butaca donde Jack Doohan falló.

No se puede decir que el australiano no tuvo oportunidades. Un total de siete carreras, el mismo número que eligió para su auto. Sin embargo, no puede culpar al destino de sus falencias: la incapacidad de luchar por puntos, el pobre rendimiento en clasificación, los prematuros abandonos en carrera, la falta de ritmo y el absurdo y muy costoso accidente en una práctica libre de Japón.
La vorágine también se llevó puesto a Oliver Oakes, un director de equipo demasiado metódico que contrasta de manera muy visible con las formas de un transformador y revolucionario como Flavio Briatore, quien no entiende de formas, entiende de resultados; y desde el primer minuto supo bien que Franco Colapinto era el nombre indicado para protagonizar su proyecto ganador en la escudería francesa.
El italiano que descubrió a Michael Schumacher y a Fernando Alonso lo detectó al instante. Desde el momento que se subió al auto en Williams, Franco Colapinto demostró que lo tenía todo: la velocidad para girar al mismo ritmo que Albon con muchos kilómetros menos de rodaje. La actitud de lanzarse a ejecutar maniobras arriesgadas. La capacidad mental de reponerse ante los errores. El carisma para conquistar fuera de la pista y de generar un boom inusitado en las redes sociales.

Colapinto está hecho de otra madera: la argentina. La que marca un distintivo a nivel mundial desde el día que se percibe. La que acarrea pasión desenfrenada y, muchas veces, exacerbada por parte un público impaciente que nunca fue demasiado amigo de los procesos. Es del palo de la ejecución, el carácter y el éxito. Así es la forma Flavio. Así fue la de Maradona. Y así demostró ser, desde el primer momento en que se subió al auto, Franco Colapinto.
Franco Colapinto pone la bandera argentina en un lugar de privilegio
El retorno de Franco a la cúspide del automovilismo mundial marca el retorno de Argentina a la Fórmula 1. Dos nombres que han estado vinculados desde el comienzo con Juan Manuel Fangio, uno de los mejores pilotos de todos los tiempos, quien supo ser el máximo ganador de títulos en la historia hasta la era de éxito de Michael Schumacher.
También se pueden destacar nombres como el de José Froilán González, el primer ganador que tuvo Ferrari en su historia con aquella mítica carrera de Silverstone 1951 y el más reciente protagonismo que dejó Carlos Reutemann, quien supo luchar hasta las últimas vueltas por ser campeón mundial.
No solo es Argentina. La llegada de Franco Colapinto también implica un enorme momento para el automovilismo sudamericano, que no tiene un campeón desde la partida de Ayrton Senna. Una trágica jornada de Imola se llevó al talento que Brasil le arrojó al mundo y, paradójicamente, tres décadas después, será en ese templo donde el pilarense se reencuentre con el protagonismo en la Fórmula 1 y comparta la parrilla con Gabriel Bortoleto, vigente campeón de la Fórmula 2 que corre con Sauber.
Los desafíos de Colapinto en Alpine
Las presiones siempre suelen ser proporcionales a los desafíos. El impulso y la inversión de Flavio Briatore deberán generar dividendos. Franco Colapinto lo sabe y está más que listo para afrontarlo. Ya no habrá tanto lugar para esos accidentes que padeció en su momento, de los cuáles puede estar agradecido: de los golpes se aprende, con los errores se madura. Todos los campeones los han cometido, pero los que marcan la diferencia son los que saben recuperarse.
El destino no lo quiso ver prematuramente al lado de Max Verstappen en Red Bull, como vaticinaban muchos periodistas argentinos. El desenlace de Liam Lawson, cuya fortaleza mental tan laureada parece haber claudicado tras ver su sueño desvanecerse en tres carreras, es un indicador de que la moneda cayó del lado correcto. Ni siquiera el ya experimentado Yuki Tsunoda ha logrado afianzarse en aquel lugar.
En Alpine, el objetivo será estar a la altura de Pierre Gasly, un compañero experimentado quien sabe lo que es ganar carreras en Fórmula 1 y que se ha destacado tanto por su velocidad a una vuelta, su capacidad para llevar el auto a la meta, como también por su ritmo de carrera, algo que ya lo ha llevado a puntuar este año. Su primera evaluación se dará tras cinco carreras. Si Franco Colapinto logra estar cerca del francés, aprovecha las oportunidades de sumar puntos y minimiza errores, su trabajo estará más que aprobado.

La gran búsqueda es la de afianzarse en la categoría de cara a 2026, un año donde Alpine será motorizado por Mercedes, que se proyecta como la unidad de potencia de referencia tras el nuevo cambio reglamentario, poniéndole fin a una deficiencia que padece desde su retorno a la Fórmula 1. Esto podría permitirle ganar en competitividad y tener aspiraciones mucho más altas en el futuro próximo, aún por encima de grandes escuderías como Red Bull, Audi y hasta Ferrari.
Por eso, para Franco Colapinto, esta es la gran oportunidad que anheló tanto tiempo. Por la que luchó aquel joven que emigró a Europa en busca de sueños que hoy son realidad y que ahora tiene en sus manos la capacidad de transformarlos en prósperos, icónicos y eternos. Se ha ganado cada chance. Ahora, es el momento de consolidar: la hora de afianzarse definitivamente como un piloto titular en la parrilla de Fórmula 1.
5 respuestas
Que pluma!!